El diseño de este jardín aprovecha al máximo la pendiente natural del terreno para crear un espacio armónico y lleno de carácter. Las terrazas escalonadas, sostenidas por muros de piedra, generan diferentes niveles que aportan dinamismo y transforman el desnivel en una oportunidad estética.
La vegetación, cuidadosamente seleccionada, combina especies de bajo mantenimiento con árboles de porte elegante que aportan frescura y color a lo largo del año. El uso de áridos rojizos como cobertura unifica el conjunto y realza el contraste con el verde intenso de los arbustos y coníferas.
Los recorridos se han resuelto mediante escaleras y pasos de piedra que invitan a descubrir el jardín poco a poco, disfrutando de rincones acogedores y perspectivas cambiantes. La composición transmite equilibrio y serenidad, convirtiéndose en un espacio que, además de embellecer la vivienda, invita al descanso y la contemplación.